Princesa

Sabina Joaquin

Entre la cirrosis


y la sobredosis


andas siempre, muñeca.


Con tu sucia camisa


y, en lugar de sonrisa,


una especie de mueca.


¿Cómo no imaginarte,


cómo no recordarte


hace apenas dos años?


Cuando eras la princesa


de la boca de fresa,


cuando tenías aún esa forma


de hacerme daño.


Ahora es demasiado tarde, princesa.


Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Maldito sea el gurú


que levantó entre tú


y yo un silencio oscuro,


del que ya sólo sales


para decirme, "vale,


déjame veinte duros".


Ya no te tengo miedo


nena, pero no puedo


seguirte en tu viaje.


Cúantas veces hubiera dado la vida entera


porque tú me pidieras


llevarte el equipaje.


Ahora es demasiado tarde, princesa...


Tú que sembraste en todas


las islas de la moda


las flores de tu gracia,


¿cómo no ibas a verte


envuelta en una muerte


con asalto a farmacia?


¿Con qué ley condenarte


si somos juez y parte


todos de tus andanzas?


Sigue con tus movidas,


pero no pidas


que me pase la vida


pagándote fianzas.


Ahora es demasiado tarde, princesa


Búscate otro perro que te ladre, princesa