El profesor no tiene quien le escuche,
la maestra se calcina en una pira de pupitres,
el jefe de estudios se ha muerto de asco
y los catedráticos se están suicidando.
Ya nadie quiere leer enciclopedias,
ir a museos o aguantar conferencias.
El aguardiente desarrolla las neuronas.
Más Delirium Tremens y menos diplomas.
Hay que fumigar con tequila las aulas,
flambear con ron al doctor Honoris Causa.
Será muy divertido ver cómo arden
colegios, academias y universidades.
Queremos vasos comunicantes,
porrones comunicantes,
barriles comunicantes
y tinajas rebosantes.
Queremos vasos comunicantes,
garrafas comunicantes,
petacas comunicantes
y toneles rebosantes.
El profesor no tiene quien le escuche,
la maestra se calcina en una pira de pupitres,
el jefe de estudios se ha muerto de asco
y los catedráticos se están suicidando.
Queremos vasos comunicantes,
porrones comunicantes,
barriles comunicantes
y tinajas rebosantes.
Queremos vasos comunicantes,
garrafas comunicantes,
petacas comunicantes
y toneles rebosantes.