Mediodía, silencio Tranquilo el horizonte Por los claros del bosqueSigue despacio el río Y la plata del agua Se desnuda sin frío Bajo un sol orgulloso Que ha bajado del monte
Mirad ese soldado Y el sueño que lo ampara Tiene la boca abierta La cabellera al viento Sobre la hierba verde Descansa un sentimiento De luz como una lágrima Que rueda por su cara
Los pies En los gladiolos Parece sonreír Parece un niño enfermo Que teme el porvenir Y pide que la noche Le ofrezca su cuidado
El perfume que siente Es de flores inciertas Mirad su mundo inmóvil Sus dos manos abiertas Y dos heridas rojas De bala en el costado
Los pies En los gladiolos Parece sonreír Parece un niño enfermo Que teme el porvenir Y pide que la noche Le ofrezca su cuidado
El perfume que siente Es de flores inciertas Mirad su mundo inmóvil Sus dos manos abiertas Y dos heridas rojas De bala en el costado