Los Angelitos

Mariano Osorio

Dios estaba en el cielo mirando cómo actuaban los hombres en la Tierra.



Reinaba la desolación



¡Más de 6 mil millones de seres humanos son pocos para alcanzar la magnificencia divina del amor! - Suspiró el señor.



El padre vio tantos humanos en guerra, esposos y esposas que no completaban su espíritu, ricos y pobres apartados, sanos y enfermos distantes, libres y esclavos separados, que un buen día reunió un ejercito de ángeles y les dijo:



¿Pueden ver a los seres humanos? ¡Necesitan ayuda! Tendrán que baja a la Tierra. ¿Nosotros? Preguntaron los ángeles ilusionados y asustados, llenos de fe.



Sí, ustedes son los indicados. Nadie más podría cumplir esta tarea.



Hice al Hombre a imagen y semejanza mía, pero con talentos especiales cada uno. Permití diferencias entre ellos para que juntos formasen el Reino.



Unos alcanzarían riquezas para compartir con los pobres.



Otros gozarían de buena salud para cuidar a los enfermos. Unos serían sabios y otros, muy simples para procurar entre ellos sentimientos de amor, admiración y respeto.



Los buenos tendrían que rezar por los que actuaran como si fueran malos.



El paciente toleraría al neurótico. En fin, mis planes deben cumplirse para que el hombre goce, desde la Tierra, la felicidad eterna. Y para hacerlo, ¡vosotros bajaréis con ellos!.



¿De qué se trata? Preguntaron inquietos los angelitos. Como los hombres se han olvidado de que los hice distintos para que se complementasen unos a otros y así formaran el cuerpo de mi hijo amado; bajaran ustedes con francas distinciones y tareas especiales.



Tú tendrás memoria y concentración de excelencia, ¡Serás ciego!



Tú serás elocuente con tu cuerpo y muy creativo para expresarte, ¡Serás sordomudo!



Tú tendrás pensamientos profundos, escribirás libros. ¡Serás poeta! Tendrás parálisis cerebral.



A ti te daré el don del amor y serás su persona, habrá muchos otros como tú en toda la Tierra y no habrá distinción de raza porque tendrás la cara, los ojos, las manos y el cuerpo como si fueran hermanos de sangre. ¡Tendrás Sín