Te Solté la Rienda
por José Alfredo Jiménez
Se me acabó la fuerza
de mi mano izquierda,
voy a dejarte el mundo
para ti solita.
Como el caballo blanco
le solté la rienda
a ti también tu suelto
y te me vas ahorita.
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo,
vas a extrañar mis besos
en los propios brazos
del que esté contigo.
Vas a sentir que lloras
sin poder siquiera
derramar tu llanto
y has de querer mirarte
en mis ojos negros
que quisiste tanto,
que quisiste tanto,
que quisiste tanto,
Cuando se quiere a la fuerza
rebasar la meta
y se abandona todo
lo que se ha tenido...
como tú traes el alma,
con la rienda suelta,
ya crees que el mundo es tuyo
y hasta me das tu olvido.
Y cuando al fin...